Mi primera maleta
Volvíamos de vacaciones cuando alguien de la familia preguntó dónde habíamos puesto los billetes de vuelta. ¡Y no veas la que se montó! Porque nadie sabía en qué maleta estaban y se pusieron a revolverlo todo. Yo me armé de paciencia. ¡Cómo son estos mayores! ¡Si tuvieran la maleta tan bien organizada como yo! “Miradme, les dije, para mi lo más importante del viaje es que no falten las chuches. Y si me peguntáis dónde están, os contestaré: pues dónde va a ser, ¡en su compartimento!”. Y es que mi primera maleta, es mucha maleta. Tiene compartimentos para todo y no pesa. ¡Ya podían aprender los mayores de organización!
Todo en orden
Esta maleta infantil de 55 litros de capacidad está pensada para niños de hasta 12 años de edad. Tiene forma de mochila, con apertura vertical completa y el interior organizado en compartimentos-balda que permiten llevarlo todo ordenado y optimizar el espacio. Confeccionada en material flexible y ligero, esta maleta además tiene un asa extensible de 52 cm y ruedas muy resistentes para que los niños puedan viajar cómodamente con ella a cualquier parte.
Infantil, compacta y vertical
Es una práctica maleta infantil vertical para hacer más sencillo y cómodo cualquier viaje. La maleta mide 39 x 56 x 29cm y tiene una capacidad de 55 litros. Su interior está dividido en prácticos compartimentos-balda para llevarlo todo en orden a cualquier parte. Y además tiene todo tipo de bolsillos y compartimentos: 2 extraíbles, 2 integrados, 1 bolsita y 1 bolsa de red. Está confeccionada en nailon y plástico de estructura alveolar para hacerlo más ligero. Además, va reforzada con cremalleras dobles y con ruedas muy resistentes. Esta maleta lo tiene todo para acompañarle en cada viaje que haga durante toda su infancia.
Llena, pero organizada
Es cómoda, resistente y muy práctica. Porque esta maleta ayuda y enseña a los niños a organizar sus cosas y a ser cuidadosos con ellas. Viajar con niños a veces es complicado, pero no tiene por qué suponer un problema de organización. Y con esta maleta de gran capacidad, los niños aprenden a organizar bien su equipaje y a responsabilizarse de él. Los distintos compartimentos, como el neceser extraíble o la red para ropa sucia, contribuyen a mantener el orden en todo momento.
Hago la maleta yo solito
A estas edades, es muy apropiado cambiar el uso compartido de determinados elementos personales. En este caso, tener su propia maleta supone una mayor autogestión, adquirir nuevas responsabilidades, y les da la autonomía e independencia necesarias para fortalecer su autoestima. Un paso simbólico que ellos recibirán como una gran noticia y que vivirán como un importante momento de felicidad. Y qué mejor que hacerlo de forma organizada, algo que les ayudará a crear un buen hábito y a mantener el orden en el futuro. Tener su propia maleta, le hace sentirse como una persona mayor y disfruta mucho más de los viajes. Puede ser un punto de diversión que haga que el niño perciba los viajes como algo entretenido, divertido y descubra que ¡Le encanta viajar!